Estamos asistiendo a una situación sin precedentes. Debido a la falta de demanda, de la noche a la mañana hemos visto como determinados sectores están colapsando y con ello la imposibilidad de retener el talento en esas empresas. Muchas organizaciones tienen miedo de afrontar nuevas contrataciones y, mientras esperan la llegada de tiempos mejores, sus competidores se adelantan y se atreven a invertir en ese talento ahora sin proyecto.
Un ejemplo de ello nos lo ofrece HP a finales de los años 40. Tras la segunda guerra mundial, su negocio decayó al mismo tiempo que numerosos ingenieros que trabajaban en la industria militar se quedaron en la calle. No se lo pensaron dos veces y aprovecharon la situación para la incorporar ese talento a sus filas, lo que les ayudó a crecer en los años venideros y convertirse en una de las mayores empresas del mundo. Esto fue posible debido principalmente a dos factores: porque podían y porque se atrevieron. Actualmente, por desgracia no todas las empresas pueden. Pero las que si tienen esa posibilidad de invertir en talento, depende exclusivamente de ellas decidir si salir de la crisis por delante de sus competidores o no.